10º Columna de Susana Abelson: CONTAMINACIÓN SONORA
Hoy, mientras venía para la radio, una chica sentada al lado mío estaba escuchando música con su celu y la tenía tan alta que a pesar de tener auriculares yo también escuchaba, puedo decir que estaba buena, era un tema de Bruno Mars. Es verdad, escuchar a alto volumen es un hábito común, en especial en gente joven y no se dan cuenta de los daños que pueden llegar a sufrir. Los auriculares en forma de orejeras son mucho mejores que los que se insertan en el oído, porque el sonido impacta menos en el canal auditivo, recomiendan usarlos una hora y descansar 5’. En general uno respeta lo que conoce por eso repasemos estos datos: cuando la onda sonora entra hace vibrar el tímpano, sigue luego por el oído medio y llega al oído interno. En este oído interno hay un ambiente líquido, cuyas paredes contienen cilias o vellosidades que se mueven como las algas dentro del agua. Este movimiento es el que traduce los sonidos en una señal nerviosa que interpreta el cerebro y es la zona que se daña con sonidos muy altos
Nos enseñaron que se habla de decibeles como medida auditiva, los decibeles son la medida de la presión sonora y según la OMS, los sonidos soportables son los que no superan los 70 dB. Por ejemplo, un susurro se encuentra en el orden de los 20 dB, un restaurante muy ruidoso tiene un nivel de 70 dB, un secador eléctrico de cabello, un reloj despertador, cerca de los 80 dB.
Quienes vivimos en grandes ciudades soportamos mucha contaminación sonora ambiental. En el ranking mundial, Buenos Aires se sitúa detrás de Bombay, Calcuta, El Cairo, Delhi, Tokio, Madrid y Nueva York. El transporte es una de las principales fuentes de contaminación acústica porque los sonidos que provocan superan los 70 dB y resultan perniciosos para el descanso y la comunicación.
¿Se sabe cuáles son las esquinas más ruidosas de Bs. As? 9 de julio y Ctes; Cabildo y Juramento, Alem y Ctes, Callao y Rivadavia.
¿Cuáles son las consecuencias físicas para quienes están expuestos a ruidos molestos? Desde cambios en la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, pasando por alteraciones en la secreción endócrina, gastritis hasta alteraciones del ciclo del sueño. Y en especial la aparición de comportamientos agresivos. Y se comprobó que las ciudades ruidosas presentan mayor índice de admisión de pacientes a hospitales psiquiátricos.
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